El
término Yūrei viene de dos kanjis japons: Yuu 幽 (oscuro) y Rei 霊 (alma o espíritu) aunque también son llamados Bourei
(espíritu que ha partido) o Shiryou (espíritu que ha muerto), aunque
estos dos términos no representan exactamente al Yūrei prototípico. En
definitiva: son fantasmas, o entes japoneses, parecidos a los espíritus que
conocemos en Occidente, con la diferencia de que los Yūrei tienen cuerpo
humano, y se han quedado atrapados en el mundo de los vivos por diversos
motivos. Estos motivos pueden ir desde haber cometido el suicidio hasta no
haber tenido un ritual funerario adecuado, siendo esto muy importante en la
religión sintoísta. Cuando una persona fallece, su alma se desprende del
cuerpo, pero sólo hasta que el ritual se hace de una forma correcta. El alma va
con sus ancestros y se convierte en un espíritu protector. Si este proceso no
se lleva a cabo, el espíritu se queda en la tierra buscando venganza.
Los Yūrei estarían a medio camino entre la vida terrenal y el Yomi 黄泉, es decir, en inframundo o mundo de los muertos. Aunque suelen habitar en el Yomi suelen traspasar el muro que hay entre los dos mundos. En algunas épocas del año el muro que separa estos dos universos se hace mucho más fino, como durante la celebración del Obon u O-Bon, una festividad japonesa que tiene lugar entre el 13 y 15 de julio o agosto (depende del calendario), cuando los Yūrei pueden entrar en nuestro mundo casi sin esfuerzo, y a veces aprovechan estos 3 días para ver a sus familiares o seres queridos, estar con ellos, etc. La leyenda también cuenta que durante el Obon también es muy fácil ir al mundo de los muertos, aunque sobrevivir en el Yomi no sea cosa fácil. En el Yomi se puede matar a un Yūrei. De hecho, resultaría más fácil dado que al estar allí adquirirías poderes sobrehumanos y te costaría menos hacerlo, aunque debes de tener en cuenta que “ellos juegan en casa”.
Aunque
por norma general son espíritus femeninos, esto no quita el hecho de que
también pueda haber Yūrei masculinos, que son menos frecuentes. Los Yūrei
suelen estar vestidos con largos kimonos de color blanco, pues es el color
que se asocia a la muerte en Oriente, a diferencia de en Occidente, donde la
muerte se asocia con el color negro. Poseen largos cabellos negros y un
triángulo de tela apuntando hacia arriba atado en la cabeza, llamado Hitaikakushi,
uno de los símbolos mortuorios más presentes en el folclore japonés. No se les
ven ni las manos ni los pies, lo que hace que parezca que van flotando por el
suelo. En el teatro tradicional esto se simulaba con batas más largas para que
arrastrasen e impidiesen la visión de los pies. Esta imagen se le debe al
artista japonés Maruyama Ōkyo. y fundador de la escuela Maruyama-Shijô, donde
en su obra El fantasma de Oyuki se ve la primera figura de un Yūrei
tal y como nos ha llegado a nuestros días. Se dice que soñó con esa figura,
siendo una geisha de la que se enamoró y que falleció a muy temprana edad.
El
fantasma de Oyuki de Maruyama Ōkyo
Suelen
estar acompañados por fuegos fatuos o bolas de energía de color azul, púrpura,
verde o rojo. Estas entidades se asocian a la humedad, por lo que suelen
aparecer en desagües, duchas, bañeras, almohadas…entre las dos de la madrugada
y el amanecer, para atormentar y asustar a todos aquellos que los ofendieron en
vida. Es decir, para poder interactuar con las personas vivas, pero no siempre
tienen por qué causar algún daño físico.
Así
podemos encontrar a 7 tipos de Yūrei. De acuerdo con las leyendas
niponas y siendo los más importantes o característicos podemos encontrar:
1.
Funayūrei:
Son las personas que murieron en el mar, y que por lo tanto no tuvieron un
funeral.
2.
Goryō: Son personas que sufrieron torturas en
vida o que fueron martirizados y que regresan buscando venganza maldiciendo.
Según la tradición, estos espectros pueden controlar tifones, incendios, plagas
o terremotos. También se dice que cuentan con el poder de levantar cadáveres de
su tumba. En vida, los Goryō pertenecían a la clase aristocrática.
3.
Onryō: Son
mujeres que en vida fueron rechazadas o convertidas en víctimas de abuso por
sus amantes y que vuelven del purgatorio para poder vengarse. Si tienen mucho
rencor, se dice que podrían llegar a atacar a cualquier persona.
4.
Ubume: Son mujeres que fallecieron dando a luz, o
que al morir dejaron a sus niños desprotegidos. Regresan a la vida terrenal
para poder cuidar de ellos hasta que puedan valerse por sí mismo. También se
dice que les puede llevar dulces.
5.
Yūrei seductores:
Pueden
ser hombres o mujeres que después de muertos se acercan a los vivos para tener
un encuentro o contacto sexual con ellos o incluso para poder tener un romance
con un humano vivo.
6.
Zashiki-warashi:
Son
espíritus de niños. Son más traviesos que malvados o peligrosos. Les encantan
hacer bromas a los vivos, y algunas personas consideran a estos Yūrei
símbolos de buena suerte o que traen fortuna.
7.
Yūrei
Guerreros: Son veteranos que
combatieron en las batallas de Genpei (1180-1185) y que fallecieron en la
guerra. Aparecen casi exclusivamente en el teatro Nō (o Noh) o
dramas musicales que combinan canto, drama, danza y orquestación.
Existen
varios métodos para protegerse de un Yūrei. Los
más comunes son los llamados Ofuda, o amuletos o talismanes sintoístas hechos
de papel que en su interior contienen santas escrituras junto con el nombre de un
kami o espíritu protector y que se ponen en las puertas de las casas o
en la frente del propio ente. Aunque esto no es muy efectivo siempre, ya que,
si el ente tiene mucho poder y su destino no es otro que perturbar al vivo, al
final lo logrará. En ese caso habría que acudir a un sacerdote sintoísta o
monjes budistas o ascetas para que realizase una ceremonia similar al exorcismo
cristiano.
Ofuda
emitido por un santuario sintoísta
Tal
es la repercusión de estos entes que incluso se han creado manuales donde se
indica qué hacer para alejar de tu vida a estos fantasmas, lo que ha ex
tendido
su popularidad en Occidente, apareciendo en películas (entre las que se cuentan
algunos remakes), como Ringu (1998, Japón, Hideo Nakata), la saga
de Ju-on (1998-2015, Japón, Takashi Shimizu), también conocida por su
remake estadounidense La maldición o The Grudge; Chakushin Ari
(2003, Japón, Takashi Miike) y su posterior versión estadounidense One
Missed Call (2008, Eric Valette), Scary Movie 4 (2006, Estados
Unidos, David Zucker) o la entrega de Paranormal Activity 2: Tokyo
Night (2010, Japón, Toshikazu Nagae),
siendo algunas muy conocidas. Así nacería el denominado género J-Horror
y, como podemos ver, llegó a traspasar fronteras geográficas. Estos espectros
también han hecho acto de presencia en series, mangas y animes como Shin-Chan,
Hetalia: Axis Powers, Ao No Exorcist… O incluso en videojuegos, como la saga
Touhou Project y en videojuegos como Project Zero para la
plataforma Play Station 2, conocido como Fatal Frame en Estados Unidos o
Zero en Japón, de la cual se han realizado también adaptaciones
cinematográficas.
Se
dice que los lugares más frecuentados por estos espectros son el palacio de Himeji
y Aokigahara, el Bosque de los suicidios, ambos en Japón. Por otro lado,
el Templo Zenshoan es un templo en Tokio que se conoce principalmente
por su colección de pinturas de Yūrei.
Contiene 50 pinturas de seda que datan en su mayoría de entre 150 a 200 años, y
representan una variedad de apariciones. Actualmente estas galerías están
abiertas al público sólo en agosto, que es el tiempo tradicional en Japón para
las historias de fantasmas.
Palacio
de Himeji y Aokiahara, respectivamente
Templo
de Zenshoan con algunos de sus dibujos de Yūrei
Fuentes consultadas:
-
Vídeos y documentales de:
“Yurei,
los escalofriantes fantasmas japoneses”
“El
Yūrei y Fatal Frame”
“Los
Yurei, Fantasmas en Japón”
“Los
Yurei”
-
Wikipedia
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